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30 marzo 2011

RELAJATE SENCILLAMENTE

Este es un ejercicio ideal, para aquellos momentos en los que hemos sufrido mucho estrés o presión, como por ejemplo tras un duro día de trabajo, un examen importante, etc.

Está indicado para que te tranquilices, una vez llegues a casa, y no permitas que la mente siga analizando y dando vueltas.

Si lo deseas, lo puedes realizar con la habitación a oscuras y los ojos cerrados. Una música agradable y un poco de incienso pueden ser utilizados para favorecer tu relajación. Respira profundamente las veces que necesites para eliminar toda la tensión de tu cuerpo y ve relajándolo desde los pies a la cabeza. Tómate el tiempo que necesites.

El ejercicio consta de dos partes y lo harás tumbado y con los ojos cerrados de la siguiente manera.:


PARTE PRIMERA

• Respira lo más profundamente que puedas tres veces Después lleva tu atención a tu pies. Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se relajan; pesan y se relajan.

• Sigue subiendo llevando tu atención a través de la tibia, peroné y rodillas.

• Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se relajan; pesan y se relajan.

• Sigue subiendo llevando tu atención a través de los muslos, pantorrillas, genitales, glúteos y cintura.

• Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se relajan; pesan y se relajan.

• Sigue subiendo llevando tu atención ahora a través del abdomen, pecho, espalda, hombros, brazos y manos.

• Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se relajan; pesan y se relajan.

• Sigue subiendo llevando tu atención a través de tu cuello, músculos de la cara, cuero cabelludo, y finalmente mente.

• Tómate tu tiempo para sentirlos y después imagina y siente como pesan y se relajan; pesan y se relajan.

• Vuelve a respirar profundamente tres veces y siente como eres un todo que pesa y se relaja; pesa y se relaja.




PARTE SEGUNDA

• A continuación imagina una luz muy dorada y brillante que comienza a introducirse en tu mente.

• Esa luz es totalmente revitalizante, de manera que siente como te despeja la mente y calma todas las ansiedades.

• Visualiza como esa luz va bajando por tu cabeza, a través de tu cuello, hombros, espalda, brazos y manos, pecho, abdomen, cintura, glúteos y genitales, pantorrillas y muslos, rodillas, tibia y peroné, tobillos y finalmente pies.

• Tómate todo el tiempo que necesites para que esa luz inunde todas esas partes de tu cuerpo y las revitalice, despeje y equilibre.

• Cuando hayas llegado a los pies imagina y siente como la luz hace que estés todo dorado, sale a chorros por las plantas de los mismos, y comienza a moverlos poco a poco. Ve moviendo todo el cuerpo lentamente hasta ir desperezándote del ejercicio y finalmente abre los ojos.

• Después levántate y estírate, especialmente la espalda.

Practícalo siempre que lo desees y pronto comenzarás a ver los resultados.

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