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18 mayo 2009

500

Quinientas suena fuerte, pero medio millar impresiona!


Gracias a todos y a todas.


500 personas en mi camino espiritual hasta la fecha de hoy.


500 personas a las que he acompañado.


500 personas con las que he crecido.


500 personas que han confrontado su vida y la han mejorado.


500 personas desde que decidiera tratar a personas fuera de mi círculo familiar hace cuatro años.


Abuelos de 78 años, bebés de 8 meses, embarazos, jóvenes "pasaos", mujeres arrinconadas, gente sana, gente dependiente, gente con problemas y gente problemática, gente deportista, gente atacada, gente "aliñada" por artes oscuras, gente en "tránsito", gente con enfermedad crónica, gente escéptica, gente religiosa, gente terminal, gente a distancia, gente profunda, gente hermética, gente "poderosa",... mucha gente.


No las he contado por afán clientelista. Es más, solo conservo el nombre de pila y las lecciones que debían aprender (tras mi sesión). Lo he hecho como bitácora para:


1) Corroborar mi correcto camino


2) Analizar al ser humano, este Ser temporal de superficie


3) Sintetizar en pocas patologías que son el común divisor de todos


4) Aprender y tener retina de diagnósticos


5) Tomar apuntes para mi libro


6) Amar


7) Dar Energía


No creo en el espacio tiempo, ni en la medida terrestre de las cosas... son inventos humanos para controlar lo que no se puede; sin embargo, para gran parte de la humanidad las cifras son valorables, por ello, les dejo esta cifra, 500, que no responde en absoluto a la intensidad de lo vivido. Se queda corta.


500 x muchas sesiones x muchas preguntas x muchas interpretaciones x muchos desbloqueos x muchas emociones x muchas respuestas x muchas soluciones = INFINITA FELICIDAD


Sigo y sigo mi camino. Sigo enseñando a curarse a quien quiera curarse.


Un día, una alumna mía de Reiki me preguntó: ¿Cuál es la diferencia entre un maestro y un alumno? Yo le respondí: solo hay una diferencia, que el maestro pregunta más que el alumno.


Un enorme deseo de amor para todos y todas, los que están, los que se fueron, los que nos rondan todavía, los que nos guían y los que habrán de venir.

Tu Silencio es el sonido de tu Creación

Habla simplemente cuando sea necesario.


Piensa lo que vas a decir antes de abrir la boca.
Sé breve y preciso ya que cada vez que dejas salir una palabra por la boca, dejas salir al mismo tiempo una parte de tu chi. De esta manera aprenderás a desarrollar el arte de hablar sin perder energía.


Nunca hagas promesas que no puedas cumplir. No te quejes y no utilices en tu vocabulario palabras que proyecten imágenes negativas porque se producirá alrededor de ti todo lo que has fabricado con tus palabras cargadas de chi.


Si no tienes nada bueno, verdadero y útil, es mejor quedarse callado y no decir nada.


Aprende a ser como un espejo, escucha y refleja la energía. El universo mismo es el mejor ejemplo de un espejo que la naturaleza nos ha dado porque el universo acepta sin condiciones nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras palabras, nuestras acciones y nos envía el reflejo de nuestra propia energía bajo la forma de las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida.


Si te identificas con el éxito, tendrás éxito. Si te identificas con el fracaso, tendrás fracaso.

Así podemos observar que las circunstancias que vivimos son simplemente manifestaciones externas del contenido de nuestra habladuría interna. Aprende a ser como el universo, escuchando y reflejando la energía sin emociones densas y sin prejuicios, siendo como un espejo sin emociones aprendemos a hablar de otra manera. Con el mental tranquilo y en silencio, sin darle oportunidad de imponerse con sus opiniones personales y evitando que tenga reacciones emocionales excesivas, simplemente permite que una comunicación sincera y fluida exista.


No te des mucha importancia, sé humilde pues cuanto más te muestras superior, inteligente y prepotente, más te vuelves prisionero de tu propia imagen y vives en un mundo de tensión e ilusiones.


Sé discreto, preserva tu vida íntima, de esta manera te liberas de la opinión de los otros y llevarás una vida tranquila volviéndote invisible, misterioso, indefinible e insondable como el Tao.


No compitas con los demás, vuélvete como la tierra que nos nutre que nos da de lo que necesitamos. Ayuda a los otros a percibir sus cualidades, sus virtudes y a brillar. El espíritu competitivo hace que crezca el ego y crea conflictos inevitablemente.


Ten confianza en ti mismo, preserva tu paz interna evitando entrar en la provocación y en las trampas de los otros. Si actúas de manera precipitada sin tomar consciencia profundamente de la situación te vas a crear complicaciones. La gente no tiene confianza en aquellos que dicen sí muy fácilmente, porque saben que ese famoso sí no es sólido y le falta valor.


Toma un momento de silencio interno para considerar todo lo que se presenta y toma tu decisión después. Así desarrollarás la confianza en ti mismo y la sabiduría. Si realmente hay algo que no sabes o que no tienes la respuesta a la pregunta que te han hecho, acéptalo.


El hecho de no saber es muy incómodo para el ego porque le gusta saber todo, siempre tener razón y siempre dar su opinión muy personal. En realidad el ego no sabe nada, simplemente hace ver que sabe.


Evita el hecho de juzgar y de criticar, el Tao es imparcial y sin juicios, no critica a la gente, tiene una compasión infinita y no conoce la dualidad. Cada vez que juzgas a alguien lo único que haces es expresar tu opinión muy personal, y es una pérdida de energía, es puro ruido. Juzgar es una manera de esconder sus propias debilidades. El sabio tolera todo y no dirá ni una palabra.


Recuerda que todo lo que te molesta de los otros es una proyección de todo lo que todavía no has resuelto en ti mismo. Deja que cada quien resuelva sus propios problemas y concentra tu energía en tu propia vida.


Ocúpate de ti mismo, no te defiendas. Cuando tratas de defenderte en realidad estás dándole demasiada importancia a las palabras de los otros y le das más fuerza a su agresión. Si aceptas el no defenderte estás mostrando que las opiniones de los demás no te afectan, que son simplemente opiniones y que no necesitas convencer a los otros para ser feliz. Tu silencio interno te vuelve impasible.


Haz regularmente un ayuno de la palabra para volver a educar al ego que tiene la mala costumbre de hablar todo el tiempo. Practica el arte de no hablar. Toma un día a la semana para abstenerte de hablar. O por lo menos algunas horas en el día según lo permita tu organización personal. Este es un ejercicio excelente para conocer y aprender el universo del Tao ilimitado en lugar de tratar de explicar con las palabras qué es el Tao. Progresivamente desarrollarás el arte de hablar sin hablar y tu verdadera naturaleza interna reemplazará tu personalidad artificial, dejando aparecer la luz de tu corazón y el poder de la sabiduría del silencio.


Gracias a esta fuerza atraerás hacia ti todo lo que necesitas para realizarte y liberarte completamente. Pero hay que tener cuidado de que el ego no se inmiscuya. El poder permanece cuando el ego se queda tranquilo y en silencio. Si tu ego se impone y abusa de este poder, el mismo poder se convertirá en un veneno, y todo tu ser se envenenará rápidamente. Quédate en silencio, cultiva tu propio poder interno.


Respeta la vida de los demás y de todo lo que existe en el mundo. No trates de forzar, manipular y controlar a los otros. Conviértete en tu propio maestro y deja a los demás ser lo que son, o lo que tienen la capacidad de ser. Dicho en otras palabras, vive siguiendo la vida sagrada del Tao.


Este artículo lo dedico a mi Amore
 ¡El día que uno calla... empieza a hablar!

14 mayo 2009

La buena suerte, ¿sicología o economía?

¿Hablamos de pensamiento/actitud o de dinero/aptitud?


La buena suerte es psiconomía; o dicho de otra manera: la administración desde el alma. Una administración que integre los valores y la conciencia en la Vida (con mayúsculas porque es la global), en tu vida y sobre todo en el mundo empresarial.


La psicología crea la economía y los problemas del mundo económico son fruto de las carencias psicológicas del individuo y del mundo empresarial.


Todo proceso económico no es más que la manifestación de un conjunto complejo y sistémico de procesos psicológicos conscientes e inconscientes. Además la salud o la patología de los miembros que gobiernan cualquier sistema humano, desde una familia hasta una sociedad, la llevan al triunfo, cuando hay dirigentes sanos, y al fracaso, si sufren patologías.


¿Tenemos crisis o es una oportunidad?
Todo proceso de crecimiento ideológico, personal o empresarial, pasa por una ruptura, una crisis en su sentido etimológico. Si no eres capaz de gestionar estas situaciones que te presenta la vida con una postura existencial basada en actitudes positivas, reactivas, preactivas, y generosas, no podrás crear tu propia buena suerte.


Así para conseguir tener buena suerte, puedo ofrecerte 10 buenos consejos:


1) Es necesario crear uno mismo su buena suerte. La suerte en general no dura mucho tiempo, pero si hablamos de la buena suerte, la que nace de la responsabilidad sobre la propia vida, ésa dura siempre, porque la creas tú mismo. Se hizo un reportaje en el programa Informe Semanal de Televisión Española en el que se entrevistaba a varias personas a las que les había tocado la lotería. 10 años más tarde se les volvía a entrevistar. El 90% de los premiados estaban arruinados o peor que antes, y además, peleados con sus familias.


2) Hay mucha gente que quiere tener buena suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella. Siempre hay más gente dispuesta a invertir en los juegos de azar que la que se propone trabajar para sacar una idea adelante y que con ese esfuerzo, prospere.


3) Es fundamental fijarse y aprender de los errores. Si ahora no tenemos buena suerte, tal vez sea porque las circunstancias son las mismas de siempre. Para que aparezca la buena suerte es conveniente crear nuevas circunstancias y lo mejor para ello es fijarse en los errores. El error es la base del cambio y eso es importantísimo. Charles Darwin, por ejemplo, siempre llevaba una libreta encima para anotar todo aquello que no le cuadraba. Sabía que, de lo contrario, el subconsciente haría que lo olvidara. Darwin entendió que inspirándose en el error podría conseguir su objetivo. De esta libreta salieron las ideas de su libro “la evolución de las especies”.


4) Se debe ser generoso. Preparar las circunstancias de la buena suerte no es buscar únicamente el beneficio propio, es también crear circunstancias para que otros también ganen, así se consigue atraer la buena suerte. Éste es uno de los principios más importantes, porque cuanto más das, más recibes, es como el efecto ‘boomerang’”, o la ley de la causa y el efecto.


5) No debemos dejar nada para mañana. Dejar la preparación de las circunstancias para otro día puede hacer que la buena suerte quizá nunca llegue. Para crear circunstancias que favorezcan la buena suerte se requiere dar un primer paso y ser proactivo.


6) Debemos buscar en los pequeños detalles, en las circunstancias aparentemente innecesarias pero imprescindibles. Es lo que le pasó a Alexander Fleming. El moho lo habían visto todos sus colegas, pero él fue el único que lo puso en el microscopio. Pocos años antes de morir, aseguraba que no había hecho nada y que su único mérito fue no ignorar aquella sugerente capa de moho. Los grandes genios han sido aquellos capaces de hacer algo nuevo con lo que era evidente


7) No debemos preocuparnos por el azar. A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les parece absurdo. A los que crean circunstancias el azar no les preocupa.


8 ) Nadie puede vender suerte. La buena suerte no se vende. Ahí está la lotería: la probabilidad de que te toque es casi cero. Cada tres o cuatro semanas hay alguien que consigue mucho dinero, pero piensa en la cantidad de gente que ha jugado.


9) Es necesario ser paciente y perseverante. Para que la buena suerte llegue debemos confiar y tener fe en lo que estamos haciendo. La fórmula mágica para nosotros es: imaginación por deseo igual a realidad. El inconsciente no diferencia lo que es real de lo que no lo es. La imaginación es inmediata, imaginar da mucha energía y activa los mecanismos de percepción selectiva que te llevan a que aquello sea más fácil que se produzca. Además, la fe tiene mucho que ver con la capacidad de anticipar el resultado.


10) La oportunidad siempre está ahí. Crear buena suerte es preparar las circunstancias para la oportunidad, pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: ¡siempre está ahí! El mundo está lleno de oportunidades pero, claro, hay que buscarlas. Si no estás preparado, las circunstancias son neutras, pero si lo estás y tienes el coraje de dar un paso adelante estamos convencidos de que hay muchas más oportunidades que amenazas, la cuestión es dar el paso y romper la frontera, que muchas veces está definida por el miedo al fracaso.


Termino este artículo con un comienzo para tu buena suerte: "Sé tú mismo el cambio que quieres en el mundo"