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14 mayo 2009

La buena suerte, ¿sicología o economía?

¿Hablamos de pensamiento/actitud o de dinero/aptitud?


La buena suerte es psiconomía; o dicho de otra manera: la administración desde el alma. Una administración que integre los valores y la conciencia en la Vida (con mayúsculas porque es la global), en tu vida y sobre todo en el mundo empresarial.


La psicología crea la economía y los problemas del mundo económico son fruto de las carencias psicológicas del individuo y del mundo empresarial.


Todo proceso económico no es más que la manifestación de un conjunto complejo y sistémico de procesos psicológicos conscientes e inconscientes. Además la salud o la patología de los miembros que gobiernan cualquier sistema humano, desde una familia hasta una sociedad, la llevan al triunfo, cuando hay dirigentes sanos, y al fracaso, si sufren patologías.


¿Tenemos crisis o es una oportunidad?
Todo proceso de crecimiento ideológico, personal o empresarial, pasa por una ruptura, una crisis en su sentido etimológico. Si no eres capaz de gestionar estas situaciones que te presenta la vida con una postura existencial basada en actitudes positivas, reactivas, preactivas, y generosas, no podrás crear tu propia buena suerte.


Así para conseguir tener buena suerte, puedo ofrecerte 10 buenos consejos:


1) Es necesario crear uno mismo su buena suerte. La suerte en general no dura mucho tiempo, pero si hablamos de la buena suerte, la que nace de la responsabilidad sobre la propia vida, ésa dura siempre, porque la creas tú mismo. Se hizo un reportaje en el programa Informe Semanal de Televisión Española en el que se entrevistaba a varias personas a las que les había tocado la lotería. 10 años más tarde se les volvía a entrevistar. El 90% de los premiados estaban arruinados o peor que antes, y además, peleados con sus familias.


2) Hay mucha gente que quiere tener buena suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella. Siempre hay más gente dispuesta a invertir en los juegos de azar que la que se propone trabajar para sacar una idea adelante y que con ese esfuerzo, prospere.


3) Es fundamental fijarse y aprender de los errores. Si ahora no tenemos buena suerte, tal vez sea porque las circunstancias son las mismas de siempre. Para que aparezca la buena suerte es conveniente crear nuevas circunstancias y lo mejor para ello es fijarse en los errores. El error es la base del cambio y eso es importantísimo. Charles Darwin, por ejemplo, siempre llevaba una libreta encima para anotar todo aquello que no le cuadraba. Sabía que, de lo contrario, el subconsciente haría que lo olvidara. Darwin entendió que inspirándose en el error podría conseguir su objetivo. De esta libreta salieron las ideas de su libro “la evolución de las especies”.


4) Se debe ser generoso. Preparar las circunstancias de la buena suerte no es buscar únicamente el beneficio propio, es también crear circunstancias para que otros también ganen, así se consigue atraer la buena suerte. Éste es uno de los principios más importantes, porque cuanto más das, más recibes, es como el efecto ‘boomerang’”, o la ley de la causa y el efecto.


5) No debemos dejar nada para mañana. Dejar la preparación de las circunstancias para otro día puede hacer que la buena suerte quizá nunca llegue. Para crear circunstancias que favorezcan la buena suerte se requiere dar un primer paso y ser proactivo.


6) Debemos buscar en los pequeños detalles, en las circunstancias aparentemente innecesarias pero imprescindibles. Es lo que le pasó a Alexander Fleming. El moho lo habían visto todos sus colegas, pero él fue el único que lo puso en el microscopio. Pocos años antes de morir, aseguraba que no había hecho nada y que su único mérito fue no ignorar aquella sugerente capa de moho. Los grandes genios han sido aquellos capaces de hacer algo nuevo con lo que era evidente


7) No debemos preocuparnos por el azar. A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les parece absurdo. A los que crean circunstancias el azar no les preocupa.


8 ) Nadie puede vender suerte. La buena suerte no se vende. Ahí está la lotería: la probabilidad de que te toque es casi cero. Cada tres o cuatro semanas hay alguien que consigue mucho dinero, pero piensa en la cantidad de gente que ha jugado.


9) Es necesario ser paciente y perseverante. Para que la buena suerte llegue debemos confiar y tener fe en lo que estamos haciendo. La fórmula mágica para nosotros es: imaginación por deseo igual a realidad. El inconsciente no diferencia lo que es real de lo que no lo es. La imaginación es inmediata, imaginar da mucha energía y activa los mecanismos de percepción selectiva que te llevan a que aquello sea más fácil que se produzca. Además, la fe tiene mucho que ver con la capacidad de anticipar el resultado.


10) La oportunidad siempre está ahí. Crear buena suerte es preparar las circunstancias para la oportunidad, pero la oportunidad no es cuestión de suerte o azar: ¡siempre está ahí! El mundo está lleno de oportunidades pero, claro, hay que buscarlas. Si no estás preparado, las circunstancias son neutras, pero si lo estás y tienes el coraje de dar un paso adelante estamos convencidos de que hay muchas más oportunidades que amenazas, la cuestión es dar el paso y romper la frontera, que muchas veces está definida por el miedo al fracaso.


Termino este artículo con un comienzo para tu buena suerte: "Sé tú mismo el cambio que quieres en el mundo"

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