Buscar

15 julio 2009

La cobardía del cobarde

Si hay algo, a lo que estoy dando su justa sentencia con el paso del tiempo y suma de experiencias, es a la cobardía. Este es el tercer acto de los dos que mencionaba en anteriores artículos: la mediocridad y aceptarse.


El/la cobarde huye de lo que le sigue para ir detrás de lo que huye de él/ella.


Hay mucha gente que es cobarde hasta durmiendo...
En distintas medidas, pero en el fondo lo mismo.
Tan grave es enseñar a un niño a jugar con una pistola de agua, como a un adulto enseñar a matar en un video juego. Al final es lo mismo: apuntar a alguien y joderle, parapetado en algo que no es el/ella y que le da fuerzas.


El cobarde se hace no nace.
El cobarde se hace a sí mismo, a diario, eludiendo, rehuyendo, mirando para otro lado (pero con el rabillo del ojo controlando).


Saber lo que es justo y no hacerlo, es la peor de las cobardías.
Y que me lo digan a mí que lo he sufrido en mis propias carnes…


He estado rodeado de cobardes mucho tiempo. Los/las sigo teniendo cerca. Y ellos son el carbón de las derrotas. El cobarde es un mercenario de la conveniencia. Es una persona que se mueve por el eco de los demás. Una persona despersonalizada.


Veo a diario a infinidad de cobardes que pasan por mi vida.
Cobardes en masculino y femenino.


Cobardes detrás de un parapeto familiar.
Cobardes detrás de su pareja.
Cobardes detrás de la mesa camilla.
Cobardes detrás de un trono en usufructo.
Cobardes detrás de la pasividad. (Ya lo decía Gandhi: peor que la barbarie del criminal está aquel que calla y lo consiente)
Cobardes detrás de la temeridad de unos pocos.
Cobardes porque llevan la misma sangre que a los que debe juzgar.
Cobardes porque actúan haciendo lo contrario que dicen.
Cobardes porque consienten que les invadan su espacio de decisión.
Cobardes escondidos tras los años/edad.
Cobardes porque no saben lo que quieren, no saben defender lo que tienen o lo que les han dado.
Cobardes por altanería y orgullo. Curiosa antítesis. Pero lo entenderá…
Cobardes por confundir confrontar con enfrentar.
Cobardes por estar parapetados en una excusa perenne.
Cobardes porque se autoproclaman prudente.
Cobardes por miedo.
Cobardes por hacerse cobardes.


El/la cobarde solo amenaza cuando está a salvo. Solo actúa en ese preciso momento. Y yo lo tengo más que comprobado en la cercanía. ¡Qué asco!


El/la cobarde es el/la artista del titubeo, del balanceo, de la duda elevada a infinito, de…


Gracias a los cobardes la vida pierde días, atractivo, oportunidades, ilusión, impronta, sorpresa, éxito, armonía, eficacia, rentabilidad, crecimiento, madurez, amor, parejas, familias, … pierde vida.


A mis cobardes les dedico esta frase:
“Cuando una batalla está perdida, solo el que ha huido puede volver a combatir”