¡Qué frivolidad de pregunta! ¿no?
¡Qué pregunta más inhumana! ¿no?
¡Qué pregunta más sucia! ¿no?
Pues para mí, va a ser que NO.
La cuestión no es otorgar el nivel de implicación que quieras a esa pregunta, sino, como evitar formularte esa pregunta.
En nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la par de sus seres queridos, parece ser hasta una obligación no escrita; sin embargo, eso sólo aumenta el pesar.
Míralo así: visto ese pesar desde otro nivel, significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la crisis, que el de la solución.
Cuando te afliges por el sufrimiento de un ser querido, agravas esa enfermedad, le das más fuerza y poder. La solución es hacer un esfuerzo personal y reconocer que, más allá de nuestro entendimiento, hay una Inteligencia Superior que está actuando y que tiene el poder de restaurar completamente a nuestro ser querido, si así lo desea dicha persona. Y además, esa persona también eligió ese sufrimiento y el momento/edad con la que quiere afrontarlo.
Todo esto, no te define como mala persona, cruel, loco, sin sentimientos, sin escrúpulos, sin… un sinfín de palabros. Sino, simplemente, métete donde te llamen! Y punto! No ayudes a nadie que no te lo pida. Sacrificarse por los demás es altamente “contaminante”, por las contraprestaciones que conlleva y por los kilos de ego que engordas.
No conozco a nadie que no haga nada sin algo a cambio, porque la mayoría de las veces no se ayuda desde el amor, sino que el que guía es el ego.
Ninguna vida de nadie depende de ti. No eres redentor de almas… ni acompañante perpetuo… ni enfermero de victimistas.
No te preocupes por nadie. Solo ocúpate de quien te lo pida.
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