23 de enero de 2011

Hola mi amor, hola mi niño Manuele, hola sentrañas mías!

Escribo tal y como me sale del alma… a borbotones desbordaos llevados por un río de lágrimas...

Te echo de menos… lloro… y se me partió el corazón ayer sábado cuando me dijiste que te ibas con tus amiguitos tras salir los dos juntitos del cine… es lógico, tú no sabías que para nosotros sería el último fin de semana por ahora, y ya había quien se encargaba de separarnos. Mira mi niño, hay un proverbio árabe que dice: Solo se tiran piedras al árbol cargado de frutos. Esto lo entenderás más adelante.

No pasa nada mi vida. Es solo por un tiempecito… ya que estaremos juntos de por vida en esta vida. Lo sabes. Lo sé. Lo queremos. Está escrito y así será.

Dormí junto a tu pijama porque olía a ti… me lo llevaré siempre conmigo.

Mi llanto interno me despertó esta mañana… y desde que abrí los ojos… no me sirven nada más que para llorarte… TE AMO TANTO MI MANUELE!

¡Qué duro es esto mi vida! ¡No lo sabes bien! Pero es la mejor de las soluciones ahora… que no en un tiempo futuro.

Son las 8:39 y llevo ya hora y media empaquetando cosas… y preparándote una maletita para ti. Cada cosa que te dejo, cada jirón de mi vida que te entrego es parte de mi energía, mi corazón y mi alma… llevan todo mi presente, todo lo vivido y lo que he de vivir.

Un día, cercano, y no más allá de tus años de pubertad… alguien que me quiere, me comprende y será guardián de esto, te lo entregará en silencio… para que tú, solo tú, tu Ser interior, lo sienta y le de el justo valor a todo esto. Me sentirás a tu lado. Entenderás muchas cosas. Y verás como el tiempo de aparente distancia, no ha sido así. Que el tiempo es solo un invento del hombre, y que la distancia entre tú y yo nunca existió. Ten fuerza y valor para pedir al destino lo que quieras justo en ese momento. El Universo suele concederlo, te lo aseguro.

Amor mío, te amo tanto mi niño, te siento dentro de mí. Eres la única razón por la que lloro, la que me desgarro por dentro, y entiendo lo que significas en mi vida… y pronto lo entenderás tú… si no lo sabes ya.

Te amo Manuele. Te amo tanto… eres tan mío… tan mágico… tan sensible… tan noblote… tan cariñoso… tan de mi sangre... Hijo mío… hay una Justicia Divina por encima de la terrenal… una Justicia de Dios por encima de la inventada justicia del hombre… y aguarda en nuestras vidas. En su preciso momento. Y será implacable con las "lenguas de fuego" y el fuego de muchas lenguas... tranquilo, no queman. Eso pretenden... pero no queman.

Mi niño, desde donde me encuentro, cada día rezo por ti, te mando toda la energía del mundo habida y por haber, todo el amor que te pertenece, todos mis adentros para ti... tu y yo ya hace tiempo que nos vemos sin mirarnos.

Esta fotito la sacaste tu con mi móvil ayer sábado 22 de enero de 2011 yendo al cine. La pongo suavecita como los cariños que te doy.

Amor mío, hijo de verdad, al que crié, al que sentí... papi está contigo, siempre lo estará... y este es solo un tiempecito de otra manera, y ya está. Además, a sabiendas de que no te llegarían las cartas que ando escribiéndote... voy a abrir un blog para ti. Un blog, donde fecha a fecha, te cuente todo lo que va sucediendo... y un día lo leerás y entenderás. Te hablaré de todo, de lo divino y lo humano, de ángeles y demonios, de lo que sabes y lo que no te dicen, de todo, absolutamente todo. Es lo que tiene el blog, que siempre quedará escrito, datado, imborrable, privado para ti y público algún día. Voy a usar todo lo que se para que no te quede nunca dudas sobre mí.

Mi niño ojos de miel, mi angelito de cabellos dorados, mi hombre fuerte y grandote, mi nobleza hecha humanidad, mi carita divina, mi mirada más pura... papi está a tu verita. No me sufras hijo mío, no llores esta ausencia porque no es más que el imán que más fuerte nos une. Te quiero, te amo, te respeto, me siento orgulloso de ti en tus aciertos y en tus experiencias.

Duermete mi niño ya en la noche española, que tu papi te protege como el guardián que nunca duerme.