Si tuviera que darle un único sentido a mi vuelta al mundo sería este: cúrate!
Solo por conocer al ser humano en todas sus expresiones, razas, culturas, creencias, sonrisas y sabiduría de pueblo, ya merece la pena dar la vuelta al mundo. Pero yo, añado una más: curarse.
Este viaje, esta vuelta al mundo será una distancia más en el viaje que hago a diario tratando a personas y enseñándolas a curar y a curarse.
Curarse, verbo reflexivo que rima con amarse, quererse, aceptarse, respetarse, confrontarse y activarse. Esencias todas ellas de la curación.
Tú eres lo que eres y no busques a nadie más sobre ti mismo. Es decir, tú y solo tú, eres responsable de toda tu vida, de todas las alegrías, penas, sufrimientos, triunfos, enfermedad y salud. Tú y solo tú con todos tus pronombres.
Qué te cura: Tú
Quién te cura: Tú mismo
Cómo te curas: contigo mismo dentro de ti
Cuando te curas: cuando sepas que tú estás mal
Donde te curas: donde tú estés en tu vida
Y la enfermedad es lo que mejor te cuida hasta que entiendes para qué...
Daré la vuelta al mundo para aprender más, y enseñar a curarse a toda aquella persona que se cruce en mi vida. A curar su físico, su mente, sus emociones, sus sentimientos y su espíritu. A cambio, una milla más. A cambio de ello, alimento (en todas sus expresiones) para seguir con el viaje.
Como digo en anteriores entradas, trato a muchas personas. Llevo varios años haciéndolo. A la vez que crezco en conocimiento y experiencia trato a más y más gente. Las acompaño en su sanación total. Les ayudo a que busquen el origen de su todo, se confronten, lo acepten; y si deciden resolver, les ayudo en ese duro examen… hasta que se curan. Me encanta. Funciona. Un ejemplo cercano, el año pasado ayudé a una persona cada dos días. Este año, del que llevamos 81 días ya he atendido a 63 personas… y sigue creciendo. Esta semana, entre lunes y viernes veré a 8 personas; y el fin de semana iniciaré en reiki a otras seis. Es decir, un total de 14 personas en siete días, con las que por un motivo u otro, haré camino.
Hay amigos que me advierten de “temores en la mar”, “piratas somalíes” o de donde sean. Yo les respondo que no tengo ni el más mínimo miedo. Esta no es respuesta de un temerario, sino de alguien que recibirá de ellos lo que yo quiera para ellos, y no será odio. Si de algo pudiera tener miedo, que a priori no lo tengo, es el boicot “académico-médico-farmacéutico” al viaje; pero si fuera así, no me preocupa por dos motivos: 1) si me toman como un “loco” individual, un átomo en una galaxia, una molécula de agua en la inmensidad del océano… no me harán ni caso; 2) si me toman como alguien que moviliza a otros “alguienes” y que al final suman muchos muchos… el eco de tanta gente, de tanta experiencia, de tanta verdad, de tanto amor no podrán callarlo.
Pero, ¿qué es eso de curarse?
Curarse es entender lo que tu cuerpo te quiere decir, confrontarlo, aceptarlo y resolverlo.
Tu cuerpo expresará esa lección que todavía no has aprendido o rehuido a través de un síntoma. Si no lo interpretas, la enfermedad se agravará con otro síntoma de mayor intensidad.
Yo trabajo la terapia natural desde distintas técnicas: reiki, gemoterapia, anatomía del espíritu, meditación, … por ello, me considero dentro de esa disciplina. Disciplina que no me entretengo en comparar, ni complementar, ni debatir frente a la medicina académica y la farmacia convencional; sino que la defiendo a base de resultados geniales, persona a persona.
Mi terapia natural promulga la responsabilidad personal ante la enfermedad. La comunicación interior y el crecimiento personal. Para muchos, esos conceptos se desprecian y se asocian solo a terapias de programas de tratamiento de adicciones. Y no, titi no; esos son válidos para cualquier persona en cualquier momento y situación.
Mi terapia natural busca el origen, es una medicina de contexto y de causas. Empieza hoy y termina en el pasado para que puedas afrontar el futuro. A ver si me he explicado bien!. Te miras en ti, ves como has actuado, corriges y así afrontas el futuro de manera perfecta. Sin embargo, para la medicina académica, partimos de aquí y ahora, sin mirar hacia atrás… como mucho, saber qué has comido los últimos días, si fumas o bebes, si te operaron alguna vez y si hay antecedentes en tu familia. ¡Vaya pamplina! ¿Qué tengo yo que ver con mi mare y mi pare? No se heredan los síntomas y por tanto la enfermedad… se hereda la actitud. Lo dije en anteriores artículos en este blog: la Felicidad es una actitud, y no momentos felices, ni citas de esas de revistas del corazón.
En mi terapia natural tú eres actor y no víctima. Eres mucho más que un cuerpo o un libro de anatomía, eres un Ser espiritual, emocional, sentimental, magnético, eléctrico, energético… un TODO. Por ello, tú serás quien te cure y ni siquiera yo. Yo solo te guiaré a ratos.
Tampoco admito tu victimismo, en busca de la compasión de los médicos, la familia, las amistades o compis del curro. La compasión no conduce a nada ni a nadie.
En mi terapia natural yo te acompaño a que te cures. Yo no te prescribo nada. No soy nadie en tu vida.
Por ejemplo, con esto de la crisis hay mucha gente en una frecuencia errónea de pensamiento que le conduce a estados de ansiedad.
Bueno, pues he tratado a muchas personas con ansiedad en los últimos meses. En el 100% de los casos se descubrieron a sí mismas que no tenían ningún motivo para tener ansiedad. Por lo tanto, ningún derecho a estar así. Y lo primero qué les decía: deja los medicamentos ya (poco a poco, pero ya); ¿por qué te mandan tomar antidepresivos desde la primera consulta? ¿por qué “hibernar” la fecha de encuentro contigo mismo? ¿por qué joder a tu entorno tantos meses? ¿por qué no ser feliz antes? ¿por qué aletargarte? En mi casa hace ya mucho tiempo que la farmacia no ocupa lugar en el mueble de la cocina...
Desde obesidad a presbicia, de jaquecas a piedras en la vesícula, de problemas de embarazo a depresión, de dolor de muelas a quistes, de sangrado a rotura de rodilla, de colesterol a esclerosis, de asma a hernia de hiato, de latigazo cervical a olor corporal, de tumores a fibromialgia, de diabetes a calvicie, de artrosis a hipertensión, de infarto a alergias… síntomas, síntomas y más síntomas que afloran que la persona anda mal consigo misma, evadiéndose de la vida y huyendo de si. Y de tu vida no te escapas ni tú.
La medicina convencional te ayuda a vivir con la enfermedad, es pues una medicina de contenido y de síntomas. Y yo te digo que la uses solo en tu provecho. Úsala para una prótesis dental cuando hayas aprendido a masticar las situaciones, para una operación láser de miopía cuando hayas aprendido a no tener miedo al futuro; para una operación de piedras en la vesícula cuando hayas aprendido a no acallar tu ira interior. Aprende primero qué llevas dentro, y luego usa la solución que mejor te convenga. Yo enseño a aprender a mirarse. Yo te enseño a descifrar lo que tu cuerpo te quiere decir. Y luego, actúa. De nada sirve una operación, una prótesis o un medicamento, para paliar lo que no quieres reconocer, lo que aflorará de nuevo desde “tus padentros” en pocos días.
Hace pocas semanas viví en primera persona el tumor de una persona a la que quiero mucho. Un tumor. Jodido, no? y más si es cerebral. Pues bien, esa persona tiene ante sí el resultado de otras dolencias y síntomas de cierto calado sufridas con anterioridad y que lo tuvieron muy malito. Pues bien, todo el mundo incluido él, se pregunta ¿por qué a mí? Buscan una explicación científica, buscan la estadística de tumores en la provincia, buscan si es maligno o benigno (en mi opinión no hay nada benigno cuando ocurre), buscan extirpar, buscan, buscan... con intención de justificar desde lo externo porqué. Y a nadie se le ocurre mirarse en un "espejo". No te mires, y te volverá a brotar. Hay otras personas que con el miedo que han pasado al vivir esa situación suelen decir: acabo de aprender las cosas importantes de la vida, a valorar lo que realmente tiene sentido, etc... es decir, deciden cambiar de actitud. Eso les favorece. Pero no termina de curarles, de sanarles. Esta persona de la que te hablo tiene una charla pendiente. Me lo prometió. Días antes de entrar en quirófano me lo prometió. Es una charla, como imaginarás, consigo mismo. Y de ella, depende su destino.
¿Sabes qué personas son propensas a tener enfermedades graves? Aquellas que durante la niñez han vivido el dolor en “aislamiento”; y aquellas que no quisieron mostrar la magnitud de las heridas. Y para que lo sepas, las peores heridas son: rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia.
¿Por qué enferma un niño? Porque tienen que aprender tanto padres como hijo de ese síntoma.
¿Cómo actúa mi terapia natural?
La enfermedad no es lo importante, pero si es lo que más nos llama la atención (El árbol que impide ver el bosque). La intensidad de los síntomas (= dolor + incomodidad) es el tono que emplea la vida para comunicarse con nosotros, si la lección es sencilla o más seria. La localización del síntoma nos dice la naturaleza y sentido del mensaje. Cada órgano tiene un código secreto metafórico, psicosomático, espiritual y mental. Esta voz interior permite explorar creencias, resistencias y experiencias bloqueadoras.
Pues bien, eso es lo que persigo: curarse. Siempre verbo reflexivo y yo contándolo en impersonal. Seguir mi viaje diario, con un medio marino de por medio, para que me sirva de medio, para llegar a todo el mundo. Para ayudar y enseñar a curar.
¡Haz caso a tu cuerpo y dedícate a vivir!
22 marzo 2009
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3 comentarios:
GRACIAS,por lo que haces,hace mucho que opino lo mismo que tu,y creo en todo lo que dices sin embargo no consigo estar en mi peso,no bajo 2k,cuando recupero 1 luego medio luego bajo 300gr.subo 500 y asi siempre es desalentador.podrias ayudarme,he mejorado en muchos campos pero estese me resiste.gracias anticipadas y suerte en tu travesía
GRACIAS,por todo lo que haces por tus semejantes,estoy de acuerdo con todo lo que dices y es algo que pongo en practica pero hay algo que se me resiste mi experiencia es nula ala hora de perder los kilos que me estorban para sentirme bien y no se donde fallo,como sano y sin pringue, se que tiene que ser algo psicológico pero no ayo solución ,¿QUE PUEDO HACER?
María, gracias por tu comentario.
Podemos buscarle solución a ello, cuando encontremos el origen de esa situación. Yo lo hago a través de Anatomía del Espíritu y funciona. Escribeme un comentario y dime tu correo electrónico, que no verá nadie, puesto que el comentario lo subo yo cuando lo acepto y no tu cuando me lo escribes. Es decir, confidencialidad total.
Un besote
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