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05 agosto 2009

Digo lo que pienso

Digo lo que pienso, y por eso doy envidia a quienes no piensan lo que dicen, ya que se limitan a repetir lo que otr@s les dicen.


Desde que comencé a hacer camino espiritual, llegó el día en el que la ASERTIVIDAD brotó como nunca en mi interior. Desde ese día, soy más libre, más feliz, más fuerte, más, soy más.


Esta es actitud madura, de valentía, de crecimiento, de evolución y la más educadora.


Estudio, no para formarme ni colgar títulos,
leo e investigo, no para conocer,
pregunto y me cuestiono, no para acrecentar la duda,
… hago todo eso, para tener criterio.


Y cuando tengo criterio, puedo hablar desde la verdad. Soy asertivo.


Como estrategia y estilo de comunicación, la asertividad se diferencia y se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la agresividad y la pasividad (o no-asertividad). Suele definirse como un comportamiento comunicacional maduro en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.


Los cobardes la califican de temeridad revolucionaria. Es estúpido calificar algo que ya tiene definición en el diccionario: ASERTIVIDAD.


Es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos, o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.


La asertividad permite decir lo que uno piensa y actuar en consecuencia, haciendo lo que se considera más apropiado para uno mismo, defendiendo los propios derechos, intereses o necesidades sin agredir u ofender a nadie, ni permitir ser agredido u ofendido y evitando situaciones que causen ansiedad.


La asertividad es una actitud intermedia entre una actitud pasiva o inhibida y otra actitud agresiva frente a otras personas, que además de reflejarse en el lenguaje hablado se manifiesta en el lenguaje no verbal, como en la postura corporal, en los ademanes o gestos del cuerpo, en la expresión facial, y en la voz.


Una persona asertiva suele ser tolerante, acepta los errores, propone soluciones factibles sin ira, se encuentra segura de sí misma y frena pacíficamente a las personas que les atacan verbalmente.


La asertividad impide que seamos manipulados por los demás en cualquier aspecto y es un factor decisivo en la conservación y el aumento de nuestra autoestima, además de valorar y respetar a los demás recíprocamente.


Esta conducta asertiva nos permite insistir en nuestros deseos sin caer en trampas verbales o artimañas manipuladoras del interlocutor, y sin dejarnos desviar del tema que nos importa hasta lograr nuestro objetivo.


La asertividad parte de la idea de que todo ser humano tiene ciertos derechos:


1. Derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
2. En ocasiones, derecho a ser el primero.
3. Derecho a equivocarse y a hacerse responsable de sus propios errores.
4. Derecho a tener sus propios valores, opiniones y creencias.
5. Derecho a tener sus propias necesidades y que éstas sean tan importantes como las de los demás.
6. Derecho a experimentar y a expresar los propios sentimientos y emociones, haciéndose responsable de ellos.
7. Derecho a cambiar de opinión, idea o línea de acción.
8. Derecho a protestar cuando se es tratado de una manera injusta.
9. Derecho a cambiar lo que no nos es satisfactorio.
10. Derecho a detenerse y pensar antes de actuar.
11. Derecho a pedir lo que se quiere.
12. Derecho a ser independiente.
13. Derecho a superarse, aun superando a los demás.
14. Derecho a que se le reconozca un trabajo bien hecho.
15. Derecho a decidir qué hacer con el propio cuerpo, tiempo y propiedades.
16. Derecho a hacer menos de lo que humanamente se es capaz de hacer.
17. Derecho a ignorar los consejos de los demás.
18. Derecho a rechazar peticiones sin sentirse culpable o egoísta.
19. Derecho a estar solo aun cuando otras personas deseen nuestra compañía.
20. Derecho a no justificarse ante los demás.
21. Derecho a decidir si uno quiere o no responsabilizarse de los problemas de otros.
22. Derecho a no anticiparse a las necesidades y deseos de los demás.
23. Derecho a no estar pendiente de la buena voluntad de los demás.
24. Derecho a elegir entre responder o no hacerlo.
25. Derecho a sentir y expresar el dolor.
26. Derecho a hablar sobre un problema con la persona implicada y, en los casos límite en los que los derechos de cada uno no estén del todo claros, llegar a un compromiso viable.
27. Derecho a no comportarse de forma asertiva o socialmente hábil.
28. Derecho a vulnerar, de forma ocasional, algunos de los derechos personales.
29. Derecho a hacer cualquier cosa mientras no se violen los derechos de otra persona.
30. Derecho a tener derechos.
31. Derecho a renunciar o a hacer uso de estos derechos.


Al día de hoy, en mi vida privada y espiritual la ASERTIVIDAD nada más que me ha proporcionado éxito y acierto. En mi vida laboral, me ha proporcionado descubrir la mediocridad, incompetencia y cobardía en muchas personas que las tenían ocultas hasta que les llegó la hora de la verdad.


Me alegro de ser ASERTIVO, animo a todo el mundo a que lo sea, ya que les cambiará la vida para mejor. Les enseñará a saber hablar de sí mismo, tener coraje, expresar interior, aumentar la confianza en uno mismo, sentir la libertad y como se madura.

1 comentario:

merce dijo...

Me alegro de haber encontrado tu blog. A partir de ahora te sigo por la blogosfera. Saludos.

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