Quien me conoce de verdad, sabe que soy muy valiente creando realidades. Siembro semillas en todo lugar, y sobre todo en terreno inhóspito; y aún más, tengo la habilidad de hacer fértil la semilla que algunas personas pudieron dar por perdida. Esa es mi grandeza. Ese es mi enpoderamiento personal.
Con esto que digo, no doy lecciones a nadie, sino que animo a que cualquiera lo haga. Siembra, siembra, siembra... sin expectativas pero con amor.
En la vida, todo acto tiene su fruto (ni bueno ni malo, sino perfecto); y si hay "escenarios en teatros" que le dan una nueva oportunidad a tu "obra función", es, porque en el fondo, aquello que dijiste y propusiste salió del corazón y de la buena fe.
Ellas tienen un lugar que indica principio y fin, un lugar alfa y omega, un lugar que me abrió los ojos y el camino. Hay un lugar... que voy a mimar. Todá Rabá a Esther, Francis, Marcelo y Lorena.
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