Querido Maestro
Sabes que te aprecio, te respeto y te tengo en mis oraciones. Siempre te lo reitero. Hoy también. Y las cosas son más ciertas y sentidas cuando se dicen a destiempo. Porque el sentimiento existe cuando la emoción verdadera perdura. Es señal de que se tiene presente.
Me acercaste a la energía, a mí mismo y al camino de la luz. Contribuiste a mi despertar de conciencia. Me acompañaste como bien hace un canalizador de energía. Me dosificaste los conocimientos. Me abriste las puertas de tu casa. Me abriste tus centros. Me diste el punto de inflexión que mi camino necesitaba. Por todo ello, GRACIAS.
Como aprendí en su día, un Maestro es el que enseña lo que es y no lo que sabe. A tí, si se te reconoce como ello. Con tus procesos y tus historias, pero eso es el lado mental humano; con respecto a lo espiritual y energía, eres un Maestro. Te lo aseguro yo.
Jamás en este blog hablé detenidamente del Reiki. Lo haré. Quizás antes debía dedicarte este artículo a ti… Cuando escriba sobre ello, también te lo dedicaré.
Así pues, con todo mi cariño, afecto, amor y energía, te deseo lo mejor para el ahora. Sabes que te estimo y que siempre lo haré.
Solo te pido, que en tus ratitos de playa en Los Caños, me mandes energía desde ese mágico lugar donde nunca se hace de noche. Si algo echo de menos de mi tierra, es solo eso: de Conil a Tarifa.
Pepelu
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