Recuerda que el mejor lugar para atender a las personas pacientes es cualquier sitio.
El mejor profesor, el paciente.
El mejor libro es lo que sale de su boca.
El mejor remedio está en él.
Y la enfermedad es lo que mejor lo cuidaba hasta que te encontró.
Respeta todo eso.
El lugar, el paciente, sus palabras, su enfermedad.
Y te curarás de tu necesidad de cuidar,
de llenar tu vacío.
Vale más escuchar que hablar demasiado.
Vale más ser curioso que estar muy seguro de sí mismo.
Porque muy a menudo el cuidador (familia, amigos,..) se cuida poniendo enfermo al otro.
Tienes que saber que a priori no sabes nada… y lo sabrás todo.
12 febrero 2012
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1 comentario:
Hola Pepelu,
De verdad que me gusta más sentir que saber...
Y sentir el telar que se teje con los libres albedríos en los encuentros con los seres que amamos y que son trascendentes en nuestra vida es un emocionante descubrir...
Abrazos desde México!
:D
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