Este es el retrato de alguien cuya vida, cuya energía vital se ha desperdiciado en sus esfuerzos por mantener alimentada la máquina enorme y ridícula de auto importancia y productividad. Ha estado tan ocupado en mantenerlo "todo en marcha" y "buscando que todo marche adecuadamente", que se ha olvidado de descansar realmente. Sin duda, él no puede permitirse ser juguetón. Abandonar su deber por un paseo a la playa puede significar que toda la estructura se venga abajo.
El mensaje de esta carta se refiere al hecho no sólo de ser un adicto al trabajo. Tiene que ver con la forma en que establecemos rutinas seguras pero naturales para nosotros mismos y haciendo esto, mantenemos lo caótico y espontáneo alejado de nuestras puertas. La vida no es un negocio para ser dirigido, es un misterio para ser vivido.
Ha llegado el momento de romper la tarjeta con los horarios, abandonar la fábrica y hacer un pequeño viaje hacia lo desconocido. Tu trabajo puede fluir más apropiadamente si lo haces desde un estado relajado de la mente.
(OSHO)
13 febrero 2012
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