EL “NO HACER” a veces es “HACER LO CORRECTO”

Aunque me apaguen la vela (y roja) ... mi espíritu se irá con MI AMORE

 

Estamos en este Katún Maya transitando de Piscis a Acuario, y entre otras características de la energía en este momento es que ES EL TIEMPO DEL NO TIEMPO.

El tiempo oscila con tanto pendular que ya una hora no son ni 60 minutos. Y la energía de un segundo puede ser tan cambiante, que al segundo siguiente ni la reconozcas. Hablando en plata, que pases de la obscuridad a la luz sin encontrar ni explicación ni lógica ni tiempo para asimilarlo; pudiéndote arrastrar al desastre o salvarte la vida en milésimas. Todo depende de ti. Y del manejo.

En este NO TIEMPO estarás a menudo rodeado por una poderosa confusión, y en estas condiciones, nada puede ser afirmado con total seguridad. Lo bueno de esto, es que una actitud receptiva pero distante, mantiene la integridad interior y no desgasta las propias energías; lo malo es que la fuerza del caos puede determinar las cosas exteriormente, de tal manera que terminen afectando el curso de tu camino. Si éste es el caso, se parecerá a la hoja seca arrastrada por el viento.

Es vivir en una permanente sensación agridulce de fluir e inestabilidad. Ante la penumbra no puede haber conducta segura, por lo que guardar la propia integridad mientras dura este estado de cosas ya es bastante. La naturaleza pasiva y receptiva, hará bien mientras se mantenga internamente impermeable, es decir, fuera de uno mismo.

Todo esto nos provoca Vacío y Caos. Pero tranquilo, esos dos, son solo estados que vivimos (si eres inteligente) dentro un proceso de 4; que van de menos a más energía, estos estados son:

• Vacío
• Caos
• Orden
• Mutación

En el estado vacío no hay energía alguna; pero tiene algo lindo, que es una precondición para la llegada de la energía. Si no te vacías, jamás te llenarás.

Cuando esta energía va llegando, se crea un estado caótico. Si el estado caótico sigue recibiendo energía, finalmente hace una crisis y se ordena, se integra.

Por último, si el estado ordenado sigue aumentando más su caudal energético, finalmente entra al último estado: la mutación.

Por lo tanto, la clave de todo es no dispersar, ni malgastar la energía.  Sólo con eso, el caos repentinamente puede pasar al estado ordenado. Eso es lo que hace el sabio: aguarda la llegada de más energía, receptivo en sí mismo... y sin actuar. Eventualmente el Cielo pasará de la Penumbra al Destello y la Luz, y ahí comenzarán los cambios.