Hijos míos, Pablo y Manuele,
vamos al mismo lugar...
solo es que yo salí antes
para el camino comprobar.
Muy pronto os lo diré en persona
muy pronto me sentireis
a vuestra vera de nuevo
de donde jamás me quise separar.
Mi silencio fue un, hasta luego.
Mis miles de te quiero, es la eternidad.
Mi dolor, algo que os debo de otra vida.
La distancia, es física y no real.
Muchos días sin veros, es un rato nada más.
A sabiendas, que jamás me fui para siempre
ni lo sientes ni así lo sentireis.
Mis niños, vuestros destinos están marcados
y yo bien lo se en realidad,
aunque ahora parezca una tortura,
solo os trae felicidad.
Vivid lo que os toca ahora,
llenaos de eso nada más,
porque habrá también un día,
en que eso de menos lo echarás.
No os quedeis en detalles,
que no os atrape lo irreal,
sigue solo el mandamiento,
de lo que sentís de verdad.
Nada os hace daño,
nada os hace dudar,
son solo preguntas,
que vuestra mente necesita para calmar.
Cuantos días perdidos en la vida
muchas personas tienen sin contar,
como aquellas que dicen vivir
repitiendo lo mismo cada día sin parar.
Da lo mismo que vivan uno, diez o un millar,
el tiempo se les paró para ellos
el primer día que empezaron a contar.
Mis niños, ahora vuestra mente puede no comprender,
lo que solo los ojos quieren ver,
pero vuestro espírítu es más grande,
que lo que tardais en crecer.
Tranquilos, mis niños, tranquilos
que a vuestro lado siempre voy,
desde donde vivo y a cualquier hora,
me pongo a vuestro lado y estoy.
Os enseñaré eso mis vidas,
como viajar en el astral,
visitar a quien se ama,
y de su persona guardar.
Mis hijos, hijos de verdad,
en esta y otras vidas,
que cuando os cuente reconocerás.
Amad a vuestras madres,
respétadlas en este estar,
que ellas también os aman,
ahora cuando apenas empezais a andar.
Amo todo lo que hice,
amo con quien lo hice,
por duro, cruel, ahogado
que pudiera representar.
¡Amo hasta las lágrimas que ni me quedan de llorar!
HIJOS MÍOS,
OS AMO CON LOCURA,
HASTA DONDE DIOS ME PERMITE AMAR
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